El estudio superó por primera vez la barrera de las cien mil especies de animales y plantas evaluadas.
Más de 28.000 especies de animales y plantas están amenazadas en la Tierra, según la última actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), que es la fuente de información más completa sobre el estado global de conservación de la fauna y la flora en el planeta.
Este es el dramático resultado de la nueva Lista Roja de Especies Amenazadas que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
La última edición de esta Lista Roja incluye 105.732 especies evaluadas, es la primera vez que se alcanza esta cifra y, de ellas, 28.338 están en peligro de extinción.
«Esta actualización muestra claramente la cantidad de seres humanos en todo el mundo que están sobreexplotando la vida silvestre», ha advertido Grethel Aguilar, directora general de la UICN.
El tiburón ángel, el pez guitarra y la raya rinoceronte se han convertido ya en los peces marinos más amenazados del mundo debido a la sobrepesca. Por ejemplo, las aletas de las rayas rinoceronte son muy demandadas en los restaurantes asiáticos para elaborar sopas.
Primates en extinción
La caza furtiva y la destrucción de sus hábitats provocaron ya que siete especies de primates estén ya «al borde de la extinción». De hecho, un mono que vive sólo en Costa de Marfil y Ghana tiene ahora una población de menos de 2.000 individuos.
Peces de río
Mientras tanto, la nueva Lista Roja de la UICN revela que más de la mitad de los peces de agua dulce de Japón y más de un tercio de los de México están en peligro de extinción, debido al aumento de la contaminación agrícola y urbana.
«Las especies de peces de agua dulce del mundo, que suman casi 18.000, están experimentando un declive global dramático » ha asegurado William Darwall, jefe de la Unidad de Biodiversidad de Agua Dulce de la UICN.
Aguas profundas
Además, 500 especies de peces que viven en las zonas marinas más profundas, como el pez linterna, también acaban de ingresar en esta Lista Roja.
Estas especies pueden vivir a más de 1.000 metros de profundidad y algunas se enfrentan amenazas como la actividad de la pesca industrias o las plataformas de extracción en alta mar de petróleo y gas.
El precio de la vida en el mercado negro
Este sangriento negocio, que ocupa el tercer puesto de crimen organizado a nivel mundial, mueve miles de millones de euros al año que se llevan por delante la vida de muchas especies. Tan solo entre 2010 y 2012, más de 100.000 elefantes fueron asesinados, según datos de la ONG Save The Elephants, lo que podría llevar a esta especie a la extinción en menos de una década.
“Es difícil saber cuáles son los precios en el mercado negro, pero pueden llegar a alcanzar precios realmente elevados”, afirma Teresa Gil, portavoz del programa de Especies de WWF. “Se calcula que el tráfico mueve entre 8.000 y 20.000 millones de euros al año y no tiene nada que envidiar al tráfico de drogas o de armas. Está llevando a la extinción a cientos de animales y plantas y es la segunda amenaza para la biodiversidad, después de la destrucción del hábitat”.
Según el Observatorio de Contrabando de Vida Salvaje, Traffic, en 2003 un kilo de marfil se valoraba en 190 euros. En 2013, rondaba los 2.500. En el caso del rinoceronte, su cuerno pasó de tener un precio por kilo de 765 euros a más de 62.000.
Asia y África, así como Madagascar, Indonesia, Filipinas, Brasil, Papúa Nueva Guinea, India y China, son las zonas con más especies endémicas amenazadas. Desde el World Wildlife Crime Report alertan de la dificultad de recopilar y analizar datos de incautación, procedentes de lugares dispares y procesadas por autoridades diferentes.
Pero las secuelas del furtivismo no siempre se alejan de nuestras fronteras. España se ha convertido en un emplazamiento clave debido a su situación geográfica entre África, Latinoamérica y Europa. A través de puertos como Algeciras, Canarias o Valencia llegan a nuestras costas miles de animales y objetos procedentes de la caza furtiva. Según datos de WWF, y aunque se estima que apenas se descubre la mitad de los casos, entre 2005 y 2014 se incautaron 13.838 animales vivos en nuestro país.
Más de 8.000 especies en riesgo
“Los mamíferos terrestres están experimentando un colapso masivo en el tamaño de sus poblaciones y en su distribución geográfica en todo el mundo”, afirman los autores del estudio. “El declive incesante de los mamíferos sugiere que se perderán muchos de los servicios ecológicos y socioeconómicos vitales que proporcionan estas especies, lo que podría cambiar irrevocablemente los ecosistemas”.
La población de elefantes decreció un 30% en siete años, según el Gran Censo de Elefantes llevado a cabo en 2016. Pero los grandes mamíferos no son los únicos, la Lista Roja de Especies Amenazadas incluye 8.417 especies en peligro. Entre las filas de esa larga ristra de animales, muchos se hallan gravemente amenazados, o ya extintos, por la caza furtiva que alimenta el tráfico ilegal de animales. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) alerta además de que publicará al menos 15.000 nuevas evaluaciones en la lista a lo largo de este año 2018.
Debido a que las incautaciones a menudo son realizadas durante el transporte de las mercancías, se han recopilado numerosos detalles sobre los detalles y las rutas utilizadas por los traficantes. Sin embargo, la inmensa diversidad de mercancías, que va desde caballitos de mar disecados a bebés de chimpancé con vida, complica su recopilación y análisis.
Una regulación dispar y tardía
“Los cambios en las regulaciones, tanto nacionales como internacionales, pueden tener un impacto dramático”, afirman. “Como resultado, confirmar las tendencias de cada especie es complicado, y únicamente se ven de forma clara donde la caza furtiva está documentada sobre una especie con población pequeña y localizada, como el rinoceronte en Sudáfrica”.
Entre las principales causas que provoca la caza furtiva se encuentran la obtención de carne, el comercio de mascotas, el uso de partes de sus cuerpos como productos medicinales o como uso ornamental. Los cazadores furtivos aniquilan lentamente cada especie que persiguen, por lo que el 98% de las especies víctimas de esta masacre tienen poblaciones decrecientes.
A pesar de que tanto el tráfico de vida silvestre como la caza furtiva han aumentado en los últimos años la atención y concienciación que requieren debido a su gravedad, la curva de población de muchas especies continúa decreciendo a un ritmo indómito.
La Convención sobre el Comercio Ilegal de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES) se creó para velar por la supervivencia de las especies, pero aprobar leyes más restrictivas que impongan penas mayores a la caza y al tráfico ilegal de especies se vuelve una imposición ineludible para tratar de contener el vertiginoso ritmo de una amenaza que asola el planeta sin marcha atrás.
Fonte: National Geographic, La Convención sobre el Comercio Ilegal de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES), UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).