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El nuevo mapa demuestra la devastación de millones de hectáreas en la selva amazónica con detalles desalentadores

Los nuevos datos ilustran, con un nivel de detalle alarmante, la pérdida acelerada de la cubierta forestal en Brasil.

Debido a las actividades humanas, el mundo continuó perdiendo bosques en 2018, según datos del grupo de investigación Global Forest Watch y analistas de la Universidad de Maryland.

La deforestación con la subsiguiente sustitución por otro uso de la tierra, que elimina grandes porciones de bosques indiscriminadamente, fue el principal contribuyente a la pérdida de la cubierta forestal en general. Gran parte de esta deforestación tuvo como objetivo crear espacio para el ganado, pero también se involucraron otras actividades comerciales como la minería y la siembra de soja. En comparación con el año anterior, la pérdida de bosques se ha reducido en casi un 50%, en gran parte debido a la quema de 2016 y 2017. Pero sin tener en cuenta las quemas, la pérdida de bosques aumentó en casi un 13%. Esto tiene implicaciones para el cambio climático y otras preocupaciones ambientales, señalan los investigadores.

Además de proporcionar hábitat para animales y otras plantas, los bosques también son una herramienta importante para combatir el cambio climático. Las grandes regiones forestales, como la selva amazónica, son depósitos de carbono, que ayudan a absorber el exceso de emisiones de carbono de la atmósfera.

El verano pasado, los grupos ecologistas anunciaron la iniciativa "30×30", un objetivo de reducir las emisiones en un 30 por ciento a través de la gestión forestal sostenible. Este objetivo se estableció en el Acuerdo Climático de París.

Al usar imágenes satelitales, los investigadores de Global Forest Watch también encontraron la pérdida de 12 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo en 2018. De esos 12 millones, más de 350,000 hectáreas fueron bosques nativos. También llamados bosques primarios, los bosques nativos incluyen árboles maduros que nunca han sido talados por el hombre en la historia reciente. Estas áreas suelen tener una gran cantidad de biodiversidad, con especies protegidas e incluso desconocidas.

Solo en Brasil se perdieron casi 1.6 millones de hectáreas de bosque nativo. La cría de ganado, la minería y la soja fueron las actividades comerciales que más contribuyeron a esta pérdida.

Los activistas ambientales están cada vez más preocupados por la Amazonía brasileña desde que el país eligió a su nuevo presidente, Jair Bolsonaro, el año pasado. El nuevo presidente ha prometido abrir el Amazonas a la industria y recientemente recortó fondos para grupos de investigación ambiental y científica.

El informe señala que la pérdida de bosques comenzó antes de que se eligiera Bolsonaro y es demasiado pronto para decir cómo sus políticas cambiarán o ya han impactado la selva tropical del Amazonas.

Brasil no fue el único país de Sudamérica que perdió cobertura forestal en 2018.

Colombia, donde los antiguos territorios controlados por las FARC se abrieron con fines comerciales el año pasado, también experimentó un aumento en la deforestación. Más de 11,000 hectáreas fueron despejadas el año pasado.

Si bien muchos países se han comprometido a reducir la deforestación, las principales regiones, que albergan los bosques más antiguos y con mayor biodiversidad del mundo, se están moviendo en la dirección opuesta, según el informe.

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