A diferencia de la mayoría de sus pares, el multimillonario noruego Kjell Inge Røkke no nació rico ni vino de una familia acomodada. Antes de convertirse en dueño de casi toda la flota marítima del conglomerado financiero Aker ASA y alcanzar una fortuna estimada en casi 3.000 millones de dólares, Kjell era un pescador. Así, todo su trabajo y sus conquistas él debe al mar – y es por eso que ahora él decidió retribuir.
Y su deseo de retribución a los océanos no es discreto: Kjell invertirá una parte de su dinero en la construcción del mayor yate del mundo – él en nada, sin embargo, servirá para el ocio o el placer de la navegación. El barco fue diseñado para recoger cerca de 5 toneladas de plástico de las aguas a diario – la ambición del empresario es, por lo tanto, recoger todo el plástico criminalmente despejado en el mar.
El yate todavía actuará como un gran centro de investigación navegante, con laboratorio, auditorio, vehículos subacuáticos, drones y la capacidad de recibir hasta 60 científicos para trabajo. El buque estará equipado con varios sistemas para que su impacto ambiental sea lo menos posible. Los estudios sobre el clima, la pesca, la biodiversidad y la vida marina se efectuarán dentro de la embarcación, que deberá funcionar en su capacidad total en 2020. Lamentablemente, hasta entonces muchas toneladas más de plástico se han jugado al mar – el yate tendrá mucho trabajo por delante.
