El satélite tiene condiciones parecidas a la de la Tierra hace 4 mil millones de años y puede ayudar a revelar cómo surgió la vida en nuestro planeta
el pasado jueves, la NASA comunicó que está enviando un drone movido la energía nuclear a la mayor luna de Saturno para explorar varios lugares en busca de habitabilidad y vida. Llamado de Dragonfly, el equipo volará de un lugar a otro sobre Titán, una luna con características parecidas a las de la Tierra hace 4 mil millones de años. Si la misión es exitosa, puede ayudar a revelar cómo la vida ha surgido y se ha tomado cuenta de nuestro planeta.
Los científicos desde hace tiempo consideraron a Titán un lugar atractivo para estudiar, ya que el satélite sería capaz de sostener la vida microbiana. El paisaje de Titán está dominado por "dunas de arena" e "hidrovías" compuestas de hidrocarburos – metano líquido y etano. Su superficie está compuesta de agua congelada como roca. Bajo la corteza, se esconde un depósito de agua líquida que los astrofísicos creen tener la misma temperatura del Océano Pacífico.
Al anunciar la expedición, Elizabeth Turtle, científico planetario de la Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory (APL), dijo que había poca certeza sobre qué tipo de vida es posible esperar en esta misión. "Sabemos que el Titán tiene todos los ingredientes necesarios para la vida. ¿Hasta qué punto la química entra en un ambiente que contiene todos los ingredientes? ", Dijo Turtle a Scientific American.
Según Turtle, las interacciones físico-químicas que están ocurriendo en Titán tardar mucho tiempo para ser replicadas en un laboratorio, por lo que es más viable enviar un drone movido a energía nuclear en un viaje de 1.000 millones de kilómetros para analizar por cuenta propia características de la luna.
El Dragonfly será movido a energía nuclear, cargando un generador termoeléctrico, en lugar de los tradicionales equipos que funcionan con energía solar. En Saturno, los rayos del sol son muy débil para alimentar con seguridad un drone volador solar y la atmósfera en Titán es muy densa para permitir la penetración de luz suficiente. La expectativa es que la tecnología sea lanzada en 2026 y llegue a Titán en 2034.
El dispositivo estará equipado con una variedad de instrumentos científicos diseñados para detectar compuestos orgánicos y bioajinaciones complejas, y será capaz de medir la actividad sísmica, tal vez ofreciendo una visión debajo del océano de Titán.